Tuve una niñez feliz. Mi mundo se resumía en tres cosas: juguetes, amigos y escuela. Yo vivía en una ciudad pequeña y conocía todos de mi calle. Por la mañana hacía las tareas escolares o veía dibujos animados en la tele. Por las tardes iba a la escuela que para mi era el peor lugar del mundo, y cuando volvía, jugaba con mis amigos en la calle hasta las diez horas cuando mi madre muy enojada corría atrás de mi y de mi hermana mayor para que fuéramos a la cama pronto. Los fines de semana íbamos al club local a bañarnos en la piscina y Domingo había "matiné" para niños donde veía películas de los "Trapalhões" y dibujos animados de la "Turma da Mônica", también había una Feria de artesanos en una plaza cerca de mi casa donde había una competición de ilustraciones y dibujos, yo nunca fue selecionada para concurrir al premio: una medalla y una caja de bombones. En las vacaciones y días feriados íbamos a la playa en Rio de Janeiro, una ciudad que a mi mama le gustaba muchismo. Nos quedábamos allá diez días y cuando volvíamos, jugaba en la calle con mis amigos o me entretenía en la hacienda de mis abuelos.