domingo, 16 de noviembre de 2008

El pasado se ha pasado

Durante grande parte de mi vida, tuve deseos de huirme, experimentar otros mundos más allá de mi mundo actual. Es que vivía en una ciudad muy pequeña donde no había muchas cosas que hacer y muchas veces veía colegas míos trasladándose para otras ciudades con sus padres, y también tenía amigos que sólo veía en mis vacaciones y que contaban cosas interesantes de sus lugares. Además, en mi adolescencia no soportaba más vivir con mis padres, era infeliz y mis amigos estaban distantes de mí. Como mi madre siempre fue enamorada de Río de Janeiro, ella nos envió a aquella ciudad en principios de 1995, cuando empezaron los peores años de mi vida.
Muchas cosas transcurrieron desde entonces, y vez creo que mi vida era como una montaña-rusa que no conseguía controlar porque había otros que la controlaban por mi, y todo acontecía muy rápido, incluso las emociones en cada subida o en cada vertiente. No me he gustado la experiencia. No me gustan las cosas que no tengo ninguno mando, así transcurrió mi vida por algunos años.
Hoy aún tengo un deseo de huirme, pero es un deseo temporario y estoy siempre procurando por estabilidad, pues cuando miro para mí pasado 10 años atrás no lo echo de menos, mi vida está mejor a cada día, y jamás cometeré los mismos errores que cometí cuando vivía en Rio de Janeiro, sin dinero, sin la protección de una familia, sin amigos verdaderos, sin estructura para vivir decentemente. Procuro no alimentar más ilusiones, porque sé que los sueños sólo existen porque nosotros damos vida a ellos, y que no hay nada más tranquillo y bonito que transformar nuestra realidad diaria en un sueño.

jueves, 13 de noviembre de 2008

Mi cumpleaño

Hoy he cumplido 60 años. Había estado organizando mi fiesta de cumpleaños casi seis meses y fue una tarea muy divertida principalmente al hacer la lista de invitados. Había pensado en todas las personas de mi vida, las presentes y principalmente las ausentes porque tendría una oportunidad especial de reverlas. Así decidí convidar incluso mis ex novios. Elegí hacer la fiesta en mi finca, donde siempre me pongo a gusto, y donde hay jardín, huerto, piscina, un sol maravilloso. ¿Qué más podría querer para una fiesta así? Envié las invitaciones creados por mí, contraté tres pizzeros para hacer pizzas personalizadas y variadas durante todo el día y un chef para hacer un buffet de ensaladas y frutas en una mesa del jardín; mi hermana, yo y mi mejor amiga hicimos la decoración, compramos el pastel, y finalmente el día llegó.
Hoy me he levantado temprano, llena de expectativas para mí fiesta. Me he puesto un vestido blanco y sandalias plateadas, me han maquillado y arrumado mi pelo. La fiesta ha empezado a las tres de la tarde, cuando han empezado a llegar los primeros invitados. Personas no han parado de llegar, y ha continuado así hasta las seis de la tarde, cuando he concluido que hoy ha sido un día muy especial. Todos han estado allá: mis cuatro hijos, mi marido, mis parientes, mis amigos y algunos hombres del pasado. Había también un hombre haciendo mágicas para todos los invitados y un tablado donde personas han cantado, bailado y declamado poemas. Había unas buenas variedades de músicas, y como hacia mucho calor, algunas personas se quedaran en la piscina hasta más tarde. Pero lo mejor aún estaba para empezar. He escogido dos hombres de mi pasado para pasar la noche comigo y mi marido. En la casa, había también otras muchachas que se quedaron allá para ayudar a servir la comida: platos afrodisíacos decorados con flores comestibles. Hubo música y streep-tease. Al final, he realizado todas mis fantasías sexuales con los tres al mismo tiempo, pues una mujer de 60 años no tiene muchas cosas que perder. Así la vida vale a pena ser vivida.

domingo, 9 de noviembre de 2008

Cápsula del Tiempo

Lunes, 13 de octubre de 2008.

A alguien en futuro,

Espero que te guste lo que encontrarás en esta cápsula del tiempo. Puse en ella todas las cosas que pueden simbolizar mi tiempo presente: monedas de R$1, periódicos de esta semana, mi diario escolar con anotaciones personales, fotografías mías, un calendario… En verdad, espero que nunca encuentres esta capsula del tiempo que enterré debajo de esta casa. La construí para servir a aquellos que amo y espero que ellos la mantengan para siempre como está. No me gustan las demoliciones, recuerdas siempre que para construirla fueron consumidos muchos ladrillos, camiones de arena, bolsas de cimiento, tiempo, dinero, el sudor de muchos hombres pobres… Puse también todas las facturas pagadas en esta capsula como comprobación de que estoy hablando la verdad. Así, deja todo como está y nunca encuentres esta carta.
Pero si acaso llegue a tus manos, sabe que tengo la feliz edad de 30 años y que pertenezco a un tiempo que todos buscan por sueños, y los sueños individuales se hacen más importantes que los sueños colectivos. Hoy, todos necesitan tener sueños y quien no los tiene tratan de comprarlos luego. Así, se endeudan, se angustian, se matan, se venden, se traen, se prostituyen, se olvidan de si mismos y de los otros… todo en nombre de su sueño individual. Yo también tuve muchos sueños en esta vida, hasta descubrí, aun joven, que los tendré para siempre, que sueños buenos no son para que se los realicen, sino calentados todos los días de nuestras vidas mezquinas. Por fin, si encuentras esta carta y tienes un sueño guárdalo con ella y entierra esta capsula del tiempo en un lugar que considere especial.

Así me despido, Mujer de Marte

viernes, 7 de noviembre de 2008

Un video hecho por un marciano en la ciudad grande

Mi amigo Clécius hizo esta película encuanto no había nada mejor para hacer en la vida.

domingo, 2 de noviembre de 2008

Amor, sangre, muerte...


Um hombre obligaba Elisa a hacer sexo con su mejor amigo apuntándole un arma a la cabeza. Este hombre era su ex-novio, Javier, con quien tenía una hija de diez años llamada María. Javier la ofendía, la humillaba, la obligaba andar desnuda por la casa y encendía encendedores y fósforos amenazando con quemar sus cosas. Pero ella lo amaba aun así, parecía un amor insano y obsesivo que la dejaba fragilizada y por eso no lo denunciaba.
Una noche, después que Javier volvió de su finca, fue a la casa de Elisa, no había traído su hija y ella tenía miedo de sus ojos enfermizos y fríos. Cuando él le pedió que fuese a cocina a coger un copo de zumo, ella consiguió salir por detrás de la caza. Empezó a correr desnuda por la calle hasta la casa de un vecino para pedir por ayuda:
- Hay un hombre en mi casa, queriendo destruir todo. ¡Llamen a la policía!
Pero el vecino pensó: “¿Esa no es nuestra vecina liviana? ¿Aquella besoquera? ¿Aquella a quien le gusta besarles a los basureros?
El caso fue a parar en la Comisaría, pero nadie consiguió entender cuando fueran a catearle su casa, pues no encontraron nadie allá y ninguna huella. Y también los policiales pensaron: “¿Esa no es aquella chica liviana? ¿Aquella besoquera? ¿Aquella a quien le gusta besarles a los basureros?
Ella pidió protección policial porque creía que los hombres de Javier irían a mandar matarla. Esa protección se quedó solamente en promesa, pues los policías parecían ignorarla. Desde que ganó el concurso de besos nunca más las personas la tomaron en serio. Ella era la mujer que besaba, solamente eso. Pasó a vivir en constante alerta, desconfiaba de todos. No salía un segundo siquiera del lado de su madre. Ella pensaba: “Si muero, muero con mi madre”. Pero temía por la vida de todos, incluso de su hija. Desde aquella noche cuando ella consiguió huirse no la vio más. ¿Dónde estaba ella? ¿Quizás en finca de Javier? Pensó.
Así no podía mas quedarse en la ciudad en que vivía desde su niñez, planeó su huida con su madre. Arregló las cosas, sus equipajes… salieron con dos carteras durante la noche cuando nadie podría verlas, no quería darles explicaciones. Cuando llegaron al terminal supieron que el autobús estaba atrasado, y solamente llegaría a la mañana siguiente. Pensaron en huir otro día. Volvieron. Pero ella estaba determinada a huir. Así, decidieron caminar hasta la carretera y tentar coger otro autobús. Caminaron por la maleza, caminaron…caminaron… cuando se cansaron percibieron que estaban perdidas, que no más conseguían seguir las estrellas o la luna. Todo estaba oscuro. Pararon. Esperaron por la mañana. Dormitaron. Cuando se despertaron percibieron que estaban delante de la finca de Javier. Parecía una pesadilla. Tuvieron miedo. Pero parecía no haber nadie allá. Solamente el silencio y el perro acostado en la solearía de la puerta. Pensaron huirse de allí. Pero ellas vieron cuando María se asomó a la puerta con las manos ensangrentadas. Entraron en el comedor. Javier estaba muerto con un cuchillo puesto en su cuello. María nunca fue la misma nuevamente.